jueves, julio 28, 2016

El profesor Horacio Biord Castillo nos habla de los aportes para la etnohistoria venezolana de la recientemente fallecida Angelina Pollak-Eltz,

Patria y lengua de Angelina Pollak-Eltz

El 1° de julio de 2016, a los 84 años, falleció en Viena, en su Austria natal, Angelina Pollak-Eltz, una prolija investigadora venezolana por adopción. La Dra. Pollak llegó a Venezuela en la década de 1950. Poco después ingresaría a la Universidad Católica Andrés Bello, donde desarrolló una ingente labor investigativa y docente. Fue profesora de seminarios y cursos de pre y postgrado en la Escuela de Letras y en las maestrías en Historia.
En estas últimas, por más de dos décadas, estuvo al frente de un curso obligatorio denominado “Antropología Cultural Venezolana y Latinoamericana” que perseguía familiarizar a los estudiantes con el sustrato cultural de nuestra América y su larga historia, desde tiempos precolombinos hasta el presente, así como con las complejas realidades étnicas y sociales de nuestros países. Me tocó sucederla en esa cátedra, en la que fui su alumno en 1985, llamada ahora “Etnohistoria”. Siempre la recuerdo e invoco y les cuento a los estudiantes quién y cómo era la maestra fundadora.
Esas realidades complejas a las que prestaba atención la Dra. Pollak resultan, con mucha frecuencia, invisibilizadas y poco perceptibles debido a las ideologías homogeneizadoras, entre ellas, principalmente, la racionalización falaz del mestizaje como idea encubridora de la sociodiversidad.
En la Escuela de Letras los seminarios de la Dra. Pollak, muy populares entre los estudiantes por los temas tratados y la amabilidad de la profesora, abordaban aspectos concretos de esa problemática, especialmente los referidos a la religiosidad popular y la presencia de una cultura afrovenezolana, hoy más conocida como afrodescendiente. Eran momentos en los que la ideología dominante otorgaba demasiado énfasis a las ideas del mestizaje y la unicidad u homogeneidad cultural.
La Dra. Pollak, además de los cursos regulares que ofrecía, dirigió a lo largo de los años muchos trabajos de grado y participó como miembro de jurados evaluadores, publicó gran número de investigaciones y durante más de una década ejerció la dirección de Montalbán, el anuario más antiguo y reconocido de la UCAB. Estuvo al frente asimismo del Centro de Religiones Comparadas, cuyo principal objetivo era propiciar el estudio antropológico comparado de las religiones, en especial las cultivadas en nuestro país, espacio de reflexión lamentablemente hoy en estado de latencia al igual que el Centro de Lenguas Indígenas.
Participó en diversas redes internacionales de investigación en sus áreas de especialización y llegó a obtener un extenso y bien fundamentado reconocimiento internacional entre estudiosos tanto de América y Europa como de África, continente al que tuvo la oportunidad de visitar en diversas oportunidades. Era dada a compartir de manera informal y cordial los resultados de sus viajes e investigaciones a través de reuniones de amigos, colegas y estudiantes en su casa.
Dedicó gran parte de sus esfuerzos a dos temas fundamentales: la presencia africana o afrodescendiente en Venezuela y la religiosidad popular. Sobre este último tema, a lo largo de su fecunda carrera, la Dra. Pollak se ocupó de fenómenos como manifestaciones “folclóricas” y asociadas a creencias y rituales, devociones populares, fenómenos como el espiritismo y más tarde la santería, el culto a María Lionza y otros diversos, entre ellos a las ánimas, la umbanda y el pentecostalismo en Venezuela así como muchas formas de piedad popular asociadas a la Iglesia Católica. Le dio especial énfasis a creencias, ritos y manifestaciones religiosas de grupos afrodescendientes y campesinos. De esa manera la Dra. Pollak logró un acercamiento a la Venezuela profunda y retomó abordajes iniciados en Venezuela por autores como Juan Pablo Sojo y Juan Liscano en Barlovento. Siempre estuvo atenta a las manifestaciones de etnogénesis que pudiera advertir entre poblaciones afrodescendientes, principalmente a través de sobrevivencias y continuidades e innovaciones.
Sus publicaciones, escritas principalmente en español pero también en inglés y alemán, dan cuenta de un espíritu inquieto y de una sensibilidad sorprendida ante tantas manifestaciones de diversidad sociocultural, difícilmente reductible a categorías analíticas simplificadoras como mestizaje y sincretismo, aunque obviamente ocurrieran tales fenómenos pero como expresión de otros más complejos y a menudo invisibilizados y poco comprendidos que están en la raíz misma de la conflictividad sociopolítica que hemos vivido en las últimas décadas: un país muy diverso no asumido como tal por las elites dirigentes y presentado por los ideologías dominantes como culturalmente homogéneo y supuestamente carente de tensiones de carácter étnico o sociocultural.
Dos de sus últimos libros merecen comentarse. Uno de ellos se titula Estudios antropológicos de ayer y hoy (publicado por la UCAB en 2008) reúne varios de sus trabajos anteriores. Como ella misma dice en la breve introducción: “En este libro presento 16 ensayos antropológicos, fruto de 40 años de estudios científicos, que fueron publicados, en parte, en inglés, alemán y castellano en otros países. Se refieren a investigaciones en los campos principales de mi interés académico: la cultura afroamericana, cultura popular y folklore, los indígenas, etnomedicina y religiosidad-sincretismo, fundamentalismo y milenarismo”. Añade un interesante estudio que ella define así: “Termino con una breve historia de la antropología en Venezuela”, un recuento de la antropología, las instituciones y los antropólogos que ella conoció o de quienes escuchó hablar a lo largo de su dilatada y fecunda estancia en nuestro país.
El otro es el libro, escrito en alemán, Geschenke des Schicksals. Reisen und Abenteuer einer oesterreichischen Ethnologin auf vier Kontinenten, en español Regalos del destino. Viajes y aventuras de un etnólogo austríaco en cuatro continentes (publicado por la UCAB en 2010). Se trata de un volumen de memorias y recuerdos sobre sus viajes y vivencias. Allí están consignadas sus impresiones sobre la Caracas de mediados del siglo XX (para ella una metrópolis muy moderna) y, especialmente, sobre la Venezuela interiorana, un país varias décadas después profundamente transformado, al menos en su apariencia. Será un verdadero regalo no ya del destino sino de la necesidad traducir íntegramente este libro al español.
Cuando sus hijas quisieron llevarla a Austria pocos años atrás y ella tuvo que vender el apartamento donde vivía en Lomas de San Román en Caracas y la camioneta que fielmente la había llevado por muchos caminos venezolanos, ella casi puso como condición que en Austria las personas que la atendieran debían hablar español. No quería vivir sus últimos años sin las palabras que habían moldeado su percepción de la diversidad sociocultural ni que llegara la hora suprema lejos de la patria espiritual de los hispanohablantes. Gracias por tanto, Angelina, descansa y sigue soñando y haciéndonos soñar, descubriéndonos y haciéndonos descubrir, autodescubrirnos.

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